La maternidad no detiene el dolor. Te duele la cabeza, la espalda, los puntos, el alma. Pero entonces miras a tu bebé y la duda aparece: ¿puedo tomar esto si estoy dando el pecho?
Y ahí comienza la búsqueda, los foros, las respuestas contradictorias. Una de las preguntas más comunes es: ¿puedo tomar naproxeno en lactancia? Y la verdad es que no debería ser tan difícil encontrar esa respuesta… pero lo es. Porque nadie nos enseña a cuidar de nosotras mientras cuidamos de alguien más. Y porque seguimos poniendo el cuerpo, incluso con dolor, sin saber si podemos pedir alivio.
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¿Es seguro tomar naproxeno durante la lactancia?
Sí, el naproxeno puede tomarse durante la lactancia, pero con ciertos cuidados. Según múltiples guías médicas, se considera compatible en dosis bajas y por periodos cortos. No es la opción número uno —eso suele ser el ibuprofeno o el paracetamol— pero no está prohibido si se usa con sentido común y bajo supervisión médica.
El naproxeno es un antiinflamatorio no esteroideo (AINE) y sí, una pequeña cantidad pasa a la leche materna. Pero lo que se transfiere es muy bajo, y en bebés sanos a término, no se ha asociado con efectos negativos graves. Aun así, no todo es blanco o negro.
Hay algo importante que nadie suele decir: la seguridad no depende solo del medicamento, sino del contexto. ¿Tu bebé es prematuro? ¿Tiene alguna condición de salud? ¿Tú tienes que tomarlo a diario o es algo puntual? Todos esos detalles importan. Por eso no basta con leer un blog o un foro. Hay que consultar. Hay que preguntar. Hay que priorizarte sin poner en riesgo.
Y, sobre todo, hay que romper con ese miedo de fondo que muchas llevamos: el de “si me cuido, fallo como madre”. No, mujer. No fallas por querer dejar de sentir dolor.
¿Qué riesgos puede tener el naproxeno en bebés lactantes?
Esta es la parte donde empiezan las dudas reales. No tanto por lo que dice Google, sino por el miedo profundo de hacerle daño a tu bebé sin darte cuenta. Y es natural. Nos han enseñado a poner a los demás primero. A sacrificar comodidad, sueño y hasta salud con tal de proteger. Pero proteger también es informarse.
El naproxeno, aunque compatible en lactancia, tiene una vida media larga, lo que significa que puede permanecer más tiempo en el cuerpo… y por lo tanto, en la leche. Eso no quiere decir que esté contraindicado, pero sí que no es la primera opción si hay alternativas más seguras y con menor transferencia.
Los riesgos potenciales en bebés —aunque raros— incluyen irritabilidad, somnolencia o afectaciones gastrointestinales. ¿Es frecuente? No. ¿Es posible? Sí, especialmente en recién nacidos, prematuros o si se toma en dosis altas durante varios días seguidos.
Por eso se recomienda usarlo solo si el beneficio para ti es claro y siempre en la menor dosis posible. Porque sí, cuidar de ti también es importante, pero no estás sola: puedes hacerlo bien si sabes cómo.
Y si aún sientes esa culpa insistente por pensar en ti, recuerda esto: tu bienestar no es un lujo. Es una necesidad. Y tu bebé necesita a una madre que también se cuide a sí misma.
Alternativas seguras para el dolor si estás amamantando
La buena noticia es que hay opciones seguras para calmar el dolor sin renunciar a la lactancia. Porque sí, puedes estar amamantando y querer que pare la punzada en la espalda. O el dolor de cabeza. O la inflamación de una cirugía. Y no deberías tener que aguantarlo “por amor”.
El ibuprofeno y el paracetamol son considerados los analgésicos más seguros durante la lactancia. Tienen una vida media más corta, se eliminan rápido del cuerpo y las cantidades que pasan a la leche son mínimas. De hecho, en muchas guías médicas son los recomendados de primera línea.
Si el dolor es muscular o localizado, también puedes probar con cremas antiinflamatorias de uso tópico, que tienen aún menor absorción sistémica. Y aunque no sea lo primero que piensas, el calor húmedo, los estiramientos suaves o incluso un buen descanso (si puedes conseguirlo) también ayudan.
Lo importante es que no normalices el dolor solo porque eres mamá. Tu cuerpo está haciendo un esfuerzo brutal. Y si hay formas de aliviarlo sin comprometer la lactancia, tienes todo el derecho de usarlas. Sin culpa. Sin excusas. Sin pedir permiso.
Qué dicen los médicos y qué dicen las madres (sí, ambas voces valen)
A veces la ciencia dice una cosa, pero la experiencia materna dice otra. Y ninguna está equivocada. Ambas tienen valor. Ambas deben escucharse.
Los médicos —sobre todo los que están actualizados en lactancia— te dirán que el naproxeno se puede usar con precaución. Que no es lo ideal como primera opción, pero tampoco es veneno. Te hablarán de porcentajes, de transferencias en leche, de farmacocinética. Y todo eso importa, claro. Pero también importa cómo te sientes tú.
Porque las madres no hablan en miligramos. Hablan de lo que vivieron. De lo que les funcionó. De esa vez que tomaron una pastilla y su bebé durmió raro. O de cuando lo usaron y todo fue normal. La experiencia no reemplaza la evidencia, pero la complementa. Y a veces es lo único que tenemos cuando el sistema médico nos mira con prisa, con distancia o con desdén.
Escuchar ambas voces —la profesional y la maternal— es la única forma real de decidir con confianza. Porque no eres solo una paciente. Eres una mujer con un cuerpo que duele, un hijo que depende de ti y una vida que sigue corriendo.
Así que sí: pregunta a tu médica. Pero también pregunta a tu tribu. Ambas respuestas juntas valen más que cualquier folleto.
Cómo cuidar de ti sin miedo mientras sigues lactando
Este es el núcleo de todo. Porque más allá del naproxeno, del ibuprofeno o de la leche extraída, hay una verdad que sigue doliendo: a muchas madres nos enseñaron que cuidarnos es egoísta. Que si te tomas un minuto para ti, algo estás descuidando. Que si piensas en tu cuerpo, estás dejando de pensar en el suyo.
Pero es mentira. Una de las grandes.
Cuidarte es una forma de maternar. Porque cuando tú estás mejor, todo se siente un poquito más posible. El pecho duele menos. La cabeza se aclara. El día se vuelve más liviano.
Así que toma lo que necesites (con información, con conciencia, con amor). Consulta, respeta los tiempos, elige lo más seguro. Pero no dejes de hacerlo por miedo. Porque el miedo también cansa. También agota. También duele.
Amamantar no te hace invencible. Solo te hace madre. Y eso ya es un mundo entero. No tienes que demostrar nada. Solo mereces estar bien.
Créditos:
- Naproxen and Breastfeeding – Fact Sheet en Breastfeeding and Medication (Lactancia y Medicación)
- Pregnancy, breastfeeding and fertility while taking naproxen – Sitio del NHS (Reino Unido) (nhs.uk)
- Pain Relief (Analgesics) and Breastfeeding – Breastfeeding Network (Reino Unido) (The Breastfeeding Network)
- Drugs and Lactation Database (LactMed®) – MotherToBaby («Naproxen»), revisión de junio 2025 (CNIB)
- Using NSAIDs during breastfeeding – SPS NHS article, actualizado 2024 (SPS – Specialist Pharmacy Service)
- Nonsteroidal Antiinflammatory Drugs During Lactation – Artículo en Anesthesia & Analgesia (1998) (Lippincott)
- Breastfeeding and medications – Página de Wikipedia con referencias a LactMed y NIH (Wikipedia)
- Naproxen fact sheet – MotherToBaby NCBI Bookshelf (2024) (CNIB)
- Naproxen – sección “Breastfeeding” en Mayo Clinic (julio 2025) (Mayo Clinic)